PhD. MARIA DE LOS ANGELES ALDANA HERNANDEZ
Diciembre 2024
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad, celebrado cada 3 de diciembre, nos invita a reflexionar sobre los retos y avances en la inclusión de este grupo poblacional. En un mundo donde la tecnología redefine el campo laboral y la vida cotidiana, surge una necesidad apremiante: garantizar que las personas con discapacidad sean partícipes activos de esta transformación. Sin embargo, las brechas de accesibilidad y la falta de enfoques adaptativos integrales persisten, evidenciando que la inclusión es aún una tarea pendiente.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas viven con algún tipo de discapacidad, y muchas enfrentan barreras significativas para acceder a educación, empleo y servicios básicos. En México, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) reporta que el 6.3% de la población vive con una discapacidad, y de ellos, una gran mayoría no tiene acceso a oportunidades laborales justas. Este panorama se agrava en el contexto de una economía global cada vez más tecnológica, donde habilidades digitales y conocimiento especializado son requerimientos mínimos para la competitividad.
Sin políticas públicas eficaces y sin una conciencia social robusta, las personas con discapacidad quedan relegadas a los márgenes del desarrollo. ¿Cómo podemos transformar esta realidad y garantizar que la tecnología sea una herramienta para cerrar brechas en lugar de ampliarlas?
La teoría del modelo social de la discapacidad, planteada por autores como Michael Oliver, sostiene que las discapacidades no son intrínsecas a la persona, sino que emergen de barreras físicas, culturales y sociales que limitan su participación. En la era digital, estas barreras pueden ser eliminadas o agravadas dependiendo de las decisiones que tomemos como sociedad.
- Educación inclusiva desde las bases
La formación debe ir más allá de adaptar materiales; es necesario implementar currículos diseñados para la diversidad, incorporando herramientas tecnológicas accesibles como lectores de pantalla, aplicaciones de comunicación aumentativa y programas de capacitación en competencias digitales. La UNESCO enfatiza que una educación inclusiva fomenta la autonomía y la integración a largo plazo.
- Tecnología al servicio de la accesibilidad
La inteligencia artificial, la robótica y el diseño universal son herramientas poderosas para romper barreras. Por ejemplo, dispositivos como exoesqueletos, asistentes virtuales y plataformas de trabajo remoto pueden empoderar a las personas con discapacidad. Sin embargo, estas soluciones deben ser asequibles y accesibles para evitar la exclusión por razones económicas.
- Transformación del entorno laboral
El mercado laboral debe abandonar paradigmas asistencialistas y adoptar enfoques proactivos, como la contratación inclusiva, la personalización de roles y el diseño de espacios laborales accesibles. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las empresas inclusivas experimentan mayores tasas de innovación y retención de talento.
- Sensibilización y cambio cultural
La integración plena no se logra solo con leyes, sino con un cambio de mentalidad colectiva. Campañas que destaquen las capacidades, logros y aportes de las personas con discapacidad pueden romper estigmas y promover una verdadera equidad.
Compromiso colectivo por un futuro inclusivo
El desafío de incluir a las personas con discapacidad en el mundo real y futuro no puede recaer únicamente en ellas; es una responsabilidad compartida. Gobiernos, empresas, instituciones educativas y la sociedad en general deben trabajar en conjunto para garantizar que la tecnología sea una herramienta de liberación y no una nueva barrera.
Cada avance que logremos será un paso hacia una sociedad más justa y equitativa, donde la discapacidad no sea vista como un impedimento, sino como una oportunidad para demostrar el valor de la diversidad humana. Que este 3 de diciembre no sea solo un día de reflexión, sino el inicio de acciones concretas para construir un mundo donde todos, sin excepción, tengan las mismas oportunidades de soñar y prosperar.
En Jalisco, de acuerdo con el Censo 2020 del INEGI, el 6.2% de la población presenta alguna discapacidad, lo que equivale aproximadamente a 505,000 personas en el estado. Entre las principales dificultades reportadas están aquellas relacionadas con caminar, subir o bajar, seguidas de problemas para ver, incluso con lentes, y recordar o concentrarse
En el municipio de Lagos de Moreno, la población total es de 111,569 habitantes, de los cuales 5,057 (4.5%) tienen alguna discapacidad. De estas personas, las principales limitaciones reportadas incluyen dificultades para caminar, subir o bajar (2,707 personas), problemas para ver (1,971 personas) y desafíos para actividades como vestirse, bañarse o comer (460 personas). Es importante señalar que algunas personas pueden presentar más de una discapacidad. Estos datos evidencian la necesidad de avanzar en políticas públicas inclusivas y estrategias de adaptación que integren tecnología, infraestructura accesible y oportunidades laborales para personas con discapacidad en el ámbito local y estatal.
“Este artículo se enmarca dentro del Grupo LECTUNIR de la Universidad Internacional de la Rioja”